Entre la noche del sábado y domingo último se registraron protestas contra la violencia policial y el racismo en la ciudad de Portland (Oregón) que dejaron al menos 59 detenidos, mientras el presidente estadounidense, Donald Trump, defendió la ley y el orden.
Pese al envío de la Guardia Nacional y agentes federales a la ciudad de Portland por parte del gobierno estadounidense, las protestas en la ciudad más grande de Oregón no han dado tregua. La Policía de Portland confirmó que 59 personas fueron arrestadas entre la noche del sábado y domingo, de las cuales 43 fueron procesadas.
Esta nueva manifestación estuvo marcada por la lucha entre policías y manifestantes, que arrojaron bombas molotov contra los oficiales, quienes repelieron los ataques con gases lacrimógenos, según imágenes difundidas por las redes sociales y las autoridades locales.
“Múltiples bombas incendiarias, morteros, rocas y otros artículos fueron lanzados a las fuerzas del orden durante el disturbio del sábado por la noche en el sureste de Portland”, según el comunicado oficial de la Policía difundido este domingo.
No se informó, sin embargo, sobre manifestantes heridos o afectados en medio de los choques.
También han tenido en las últimas horas movilizaciones en Rochester (Nueva York), Louisville (Kentucky) y Washington DC.